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 San Juan Diego Radio

Septiembre 2022

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¡Venga tu Reino!

 

Queridos hermanos,

 

Recuerden que el próximo mes es el mes de octubre, mes del Santo Rosario. Si desean una gracia especial, un milagro especial de Dios sugiero que recen el Rosario durante ese mes.

 

Es conveniente estar en oración. Hay mucha confusión en la Iglesia. El mundo se está poniendo cada vez más difícil. Vamos a necesitar mucha luz de Dios para poder orientarnos y para tener la gracia de la fortaleza para poder superar las dificultades que vienen encima.

 

Aquí lo importante es saber que la Virgen María ha recomendado muchas veces el rezo del Santo Rosario, la arma más poderosa de los últimos tiempos contra todos los ataques del enemigo. ¿Por qué es así esto? En primer lugar, porque el Rosario está basado en las sagradas escrituras.

 

Un Rosario completo se compone de ciento cincuenta Ave Marías; es decir, quince misterios - ni uno más, ni uno menos. Los quince misterios (ciento cincuenta Ave Marías) representan los ciento cincuenta salmos. No hay ni un salmo más, ni uno salmo menos. Por eso, el Rosario rezado de esta forma también se conoce como el salterio de la Virgen María.

 

Además, el Santo Rosario está compuesto por la Santísima Trinidad. La primera parte que dice, “Dios te salve, llena de gracia el Señor es contigo,” es el saludo del ángel que repite las palabras dictadas por Dios Padre.

 

“Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre, Jesús”; estas son las palabras de Santa Isabel inspiradas por el Espíritu Santo. Recordemos también que el Padre Nuestro es la oración que Jesús nos enseñó.

 

Así que les recomiendo que recen su Rosario con frecuencia, especialmente en familia para que la Virgen María los proteja de toda calamidad, de todo ataque del enemigo, sobre todo de divisiones y pleitos familiares. Como decía el Padre Patrick Peyton, “la familia que reza unida permanece unida”.

 

Para que reine paz, amor, concordia, alegría y perdón en el hogar conviene que durante todo el mes de octubre se reúnan en familia frente a su altarcito en casa para orar – a lo que llamaba el Papa San Juan Pablo II, “la iglesia doméstica.”

 

Que Dios los bendiga.

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Padre Juan Rivas, L.C